
Espeluznante, fascinante, shockeante, tremenda y soberbia, interpretación actoral de Joaquin Phoenix, en «Joker», dirigida por el sorprendente Todd Phillips y producida por la Warner Bros y DC.
Las cualidades actorales que muestra este “inigualable actor”, para encarnar a Arthur Fleck, son un hachazo en la cabeza. El trama que rodea los inicios del super agente del caos es enfermizo, traumático, oscuro, miserable, pero por sobre todo real.
Si un realismo que todos vemos en las calles pero nadie se hace cargo, ninguno se pone en lugar de aquellos que no encajan en lo socialmente establecido.
El film es un obra maestra del dónde van los desequilibrados mentales que no están para un psiquiátrico, pero tampoco tienen cabida por no ser “tan normales” en esta sociedad, la cual les da la espalda como si no existieran, y una y otra vez son objetos de burlas e incomprensiones.
«El Guasón» es como un cortador de pizza, atraviesa tu cabeza y la divide en porciones, desde allí quedas expuesto a pensar.
Te obliga a ponerte en la piel de ese personaje, un psicópata siniestro pero querible. Ese líder positivo y necesario para muchos.
“El abanderado de miles que sintieron en él, una total identidad”.
Este villano, un bromista fracasado en el film, se nutre de la música original de la película, creada por la brillante Hildur Guðnadóttir. Es atrapante como Phoenix “se hace uno con ella”, una comunión perfecta entre su cuerpo y esa exquisita composición musical.
La mega calidad que nos regala el actor en sus movimientos libres de baile, es un descanso para el espectador, “entre tanto martillazo psicótico”.
Un film que eleva a las películas de este género a otra nivel, ni hablar del guión, el montaje, la fotografía y el vestuario. Decididamente hay que escribir sobre esto en otros blogs.
Es “la obra del séptimo arte de los últimos tiempos”, un diamante en bruto que se va puliendo hasta transformarse en el más delicioso anillo perlado.