
Una vez que baja la adrenalina por la espeluznante y atrapante Joker, sostengo que el Guasón de Todd Phillips hubiera sido una película del montón sin la incomparable actuación del genial Joaquin Phoenix.
Traigo a colación estos dichos porqué estoy de acuerdo con la premiación en los Globos de Oro, el colosal actor demostró ser un «Maradona en el Napoli», una bocanada de aire fresco para un film que logro crear consciencia sobre las personas fronterizas que no tienen lugar en la sociedad. Sin embargo está lejos de ser considerada como la película a quedarse con el Oscar al mejor film.
Joker es la demostración de que el talento es todo, un iluminado Phoenix nos demuestra como lo conmovedor puede nacer desde el sufrimiento extremo, como lo aterrador puede enternecer hasta las lágrimas.
Nunca vi tanta perfección actoral, tanto compromiso con el personaje, es una paranoia sublime.
¡El inframundo es encantador! ¡Construye tu propio infierno y serás tu mismo Diablo! ¡Jamás regales un arma a alguien que tiene motivos para usarla!, títulos que despierta el trabajo de este Joker en mí.
Que placer haber sido contemporáneo, a esta clase magistral del séptimo arte, que nos ofreció Joaquin Phoenix para la eternidad.
No veo la hora de que arranquen los premios Oscar y ver a este monstruo levantar la estatuilla al mejor actor dramático, en mi opinión, de todos los tiempos.